PERGAMINO 3 | RETO RIQUEZA ABUNDANTE Y PROSPERIDAD
Mis pensamientos son positivos y poderosos.
Yo uso mi mente para crear el mundo que deseo y necesito.
¿Por qué nuestros pensamientos se convierten
en realidades? Supongamos a un campesino dueño de cierta extensión de tierra,
la tierra está esperando a que el campesino decida qué es lo que va a sembrar,
a la tierra cómo a la mente no le importa la semilla que va a recibir, se
limita con hacerla germinar y producir y a devolver al campesino el fruto.
Supongamos que el campesino tiene dos clases de semillas, una de maíz y otra de
hierba mora, una especie mortalmente venenosa, toma unas y otras y las siembra,
cuida de regarlas y abonarlas ¿y qué es lo qué ocurre? Invariablemente la
tierra le entregará por igual los frutos del maíz y los de la hierba mora venenosa; como dice la biblia: “Así como sembraís, así cosechareís.”
La mente humana trabaja exactamente igual
que la tierra, sólo que la mente es mucho más fértil, mucho más pródiga y
misteriosa, siempre está dispuesta a
recibir las semillas del éxito así como las semillas del fracaso, siempre hace
germinar lo mismo la idea sana y constructiva que la confusa y destructiva.
Podríamos llamar a la mente humana “el último gran continente inexplorado de la
tierra”, que contiene riquezas mucho mayores que las que hemos acariciado en nuestros
sueños más ambiciosos, depende de lo queramos plantar, eso cosecharemos.
Mis pensamientos son positivos y poderosos.
Yo uso mi mente para crear el mundo que deseo y necesito.
Ahora bien, si todo esto es cierto ¿porqué
las personas no usan más su mente? Todos tenemos una mente como equipo
estándar, no nos cuesta y a las cosas que no cuestan no les concedemos mayor
aprecio; en cambio estimamos aquellas que nos han costado dinero a pesar de que
todo aquello que realmente vale la pena en la vida es precisamente lo que no
nos cuesta, nuestra mente, nuestra alma, nuestro cuerpo, nuestras esperanzas,
sueños, ambiciones, nuestras inteligencia, el amor de los nuestros, nuestros
amigos, nuestros hijos, recibimos todas éstas inapreciables propiedades sin costo
alguno pero las cosas que nos han costado dinero realmente las menos valiosas, pueden reponerse en
cualquier momento.
Una persona de bien, arrastrada por el
infortunio puede rehacerse y amasar otro capital, es más lo puede hacer varias
veces, si se quema totalmente una casa, se puede volver a construir, pero las
cosas que nos fueron dadas gratuitamente no se pueden reemplazar.
Mis pensamientos son positivos y poderosos.
Yo uso mi mente para crear el mundo que deseo y necesito.
Usamos parcialmente nuestra mente porque se
nos hace normal el tener una. Recordemos que de la familiaridad nace el menos
precio. Nuestra mente puede desarrollar cualquier trabajo que le asignemos pero
generalmente sólo la utilizamos para labores pequeñas en vez de hacerla trabajar
en asuntos de importancia. Una universidad han demostrado que la mayoría de
nosotros utilizamos sólo el 10% de nuestra capacidad intelectual.
Yo decido ahora que es lo que yo deseo, fijo
en mi mente la meta de mi vida, es la determinación más importante de toda mi
vida.
¿Quiero ser un vendedor estrella? ¿Deseo
mejorar mi actuación dentro de tal o cuál determinado trabajo? ¿Pretendo
colocarme en sitio preferente dentro de la compañía donde trabajo o dentro de
la comunidad donde vivo? ¿Deseo triunfar como emprendedor? Lo único que
necesito hacer es plantar esa semilla en
mi mente, cuidarla con toda atención, trabajar con constancia estando siempre
enfocado en mi meta y mis deseos se convertirán en realidades, puedo estar
seguro de que esto ocurrirá indefectiblemente.
Se trata de una ley natural como la ley de
la gravedad que Newton estableció. Si una persona se tira desde lo alto de un
edificio al vacío, irremisiblemente caerá, jamás subirá, pues lo mismo sucede
con otras leyes de la naturaleza, siempre actúan de igual forma, no pueden
fallar, son inflexibles.
Ahora pienso en la meta que más deseo, la
que más me conviene, lo hago con ánimo reposado y con intenciones positivas,
con los ojos de la mente me veo ya en posición de triunfo, me siento vencedor,
me proyecto actuando como lo haré cuando
haya alcanzado la meta deseada.
Mis pensamientos son positivos y poderosos.
Yo uso mi mente para crear el mundo que deseo y necesito.
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